viernes, 5 de agosto de 2011

“Nos iremos por el mundo sembrando La chacarera...”

Como es su característica histórica, la escuela de Arte Folclórico La Marrupeña continúa su función de defender y difundir las tradiciones nacionales a través del trabajo de los profesores formados en su seno. Pero además, esta labor se expande con el aliciente de que su trasmisión esta sobrepasando las fronteras de nuestro país.
  Desde la conformación de  “Compañía Internacional de Danzas La Marrupeña”, los cuadros y coreografías argentinas están siendo presentados y comunicados a los integrantes de las delegaciones y públicos de diversos países en encuentros internacionales, talleres y seminarios de danzas folclóricas.
  Una muestra de esto, es también el trabajo que realiza el profesor Juan Ignacio Sunde con el Grupo Andanças dependiente de la Universidad Federal do Rio Grande do Sul de la ciudad de Porto Alegre (Río Grande do Sul – Brasil) y dirigido por el profesor Clóvis Rocha. A cargo de los bailarines de dicho grupo, el profesor isabelense,  creó un cuadro estilizado de danzas norteñas argentinas conformado por: Chacarera trunca, Gato, Remedio Atamisqueño y Malambo.
  El cuadro fue presentado los días 23 y 24 de junio en el Teatro Parobé de la ciudad riograndense junto a las presentaciones de las danzas folclóricas brasileras que conformaron el conjunto de cuadros que grupo Andanças ofreciera en esa ocasión como pre-estreno de cara al 31th Sun and Stone International Folklore Festival of Nea Karvali/Kavala realizado en Grecia durante los días 8 al 18 de Julio próximo pasado.
  De esta manera, las danzas argentinas y en particular, las coreografías con el estilo y la característica  nacidas de La Marrupeña, no sólo están siendo asimiladas e interpretadas por bailarines de países hermanos; si no que también son ofrecidas y presentadas a públicos pertenecientes a pueblos de culturas milenarias como la griega y distantes de la criolla. Lo cual no impide que la cultura argentina manifestada a través de la danza y la música folclórica, sea recibida con enormes aplausos y una emocionada aprobación.

Hace treinta y ocho años, el amor de la Directora Nilda de Sunde por las costumbres gauchas, extendía su primera trama, su primer hilo para que muchos niños y jóvenes de un pequeño pueblo al sur de la provincia de Santa Fe compartieran y aprendieran a querer y valorar las manifestaciones populares de nuestra patria. Esa trama se multiplicó en innumerables voluntades de alumnos, profesores, familiares y amigos que dieron forma al poncho Marrupe de Santa Isabel. Hoy ese poncho, después de cobijar a amigos de todas las provincias argentinas, se extiende por el mundo con la danza como esperanza, con el color rojo vivo de su historia para abrigar a hermanos que hablan otras lenguas y levantan los ojos hacia otras constelaciones en el alto cielo. Pero que, al igual que tantos changuitos en nuestro pueblo, sienten la misma emoción al escuchar el retumbo de un legüero, el rasguito de una guitarra criolla y el embrujado ritmo de una chacarera argentina.

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