jueves, 11 de noviembre de 2010

Blogger y fachero, un cura reparte entradas sin cargo para sus misas


El padre Sebastián Splawinski logró traspasar los rígidos esquemas tradicionales de las misas. El “cura flogger”, echó mano a los efectos de sonidos, bandas en vivo, y hasta entradas anticipadas para armar una movida basada en la fe que suma miles de fieles.

Le dice “el Barba” a Dios. Sus misas psicodélicas no tienen nada que envidiarle a una disco. Hasta cuentan con fiestas temáticas con servicio de snack y bar. En medio de todo eso se las arregla para comunicar la Palabra de Dios en su esencia pero “con un envase distinto”, alega. Pero no se siente transgresor sino más bien dice es “asumir la realidad”. Ordenado hace menos de un año, este cura de 29 años, entrerriano y con un carisma y porte propios de pasarelas de la alta moda, optó por dar un viraje de 180 grados en la concepción del formalismo religioso que impera en las misas católicas y que le resultaba “muy aburrido”.  Este joven párroco de “apellido difícil, de origen polaco”, nacido en Villaguay, en su diario caminar en medio de los grupos de jóvenes oyó repetidamente el pedido de modernizar el oficio, sumando nuevos elementos que den más realidad juvenil la liturgia y que sin provocar cambios de fondo pudieran atender a la necesidad de aggiornar las formas. En esa tarea se embarcó apenas tomó los hábitos y solemnizó sus votos perpetuos el 19 de diciembre del año pasado. No fue tarea fácil pero sus esfuerzos y la convicción de sus ideas renovadoras terminaron por rendir sus frutos. En la actualidad Sebastián es uno más de los jóvenes de la comunidad de Avellaneda, pero a su vez conduce espiritualmente a este sector que encontró en él y en su prédica la excusa perfecta para permanecer en el camino de la Palabra. De a poco fue ganado fama como el cura flogger de esta ciudad, reconocido por su simpatía, su amabilidad y por su apariencia exterior que nada tiene que ver con la de un presbítero “hecho y derecho”, sino más bien con la de un pibe fashion, con onda, que asiste a bailables y que, cuando no puede, acompaña hasta la entrada de los boliches a sus pares en edad 

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